El Festival de Avándaro, también conocido como el «Woodstock mexicano,» celebra 53 años de haber marcado un antes y un después en la historia de la música y la contracultura en México. Realizado el 11 y 12 de septiembre de 1971 en el poblado de Avándaro, Estado de México, el evento congregó a más de 200,000 jóvenes en un contexto de efervescencia social y cultural.
Concebido originalmente como una carrera de autos, el festival se transformó en un fenómeno musical que reunió a las principales bandas de rock de la época, como El Tri, Tinta Blanca, Peace and Love, y La División del Norte. Avándaro no solo fue un hito por la música, sino también por lo que simbolizó: la expresión de una juventud que buscaba libertad en una sociedad marcada por el autoritarismo y la represión gubernamental tras la matanza de Tlatelolco en 1968 y el Halconazo de 1971.
A pesar de su éxito, Avándaro también enfrentó severas críticas por parte de los medios de comunicación y el gobierno, que lo consideraron una amenaza al orden establecido. Las imágenes de jóvenes bailando y disfrutando de la música, junto con las referencias al consumo de drogas y la desnudez, generaron una campaña de desprestigio que llevó a la censura del rock en español en medios masivos durante la década siguiente.
Hoy, a 53 años de distancia, el Festival de Avándaro sigue siendo un símbolo de rebeldía y de la búsqueda de espacios de libertad. Su legado se mantiene vivo, no solo en la memoria de quienes lo vivieron, sino también en el impacto que tuvo en el desarrollo de la música rock en México, inspirando a nuevas generaciones de artistas y eventos musicales en el país.