Sin duda uno de los principales obstáculos que diariamente tiene que sortear el músico independiente es la falta de espacios para presentarse y tocar en vivo, una constante en este país.
Incluso en la gran ciudad de México apenas existen un puñado de espacios que abren sus puertas a la música no comercial, y que con el paso del tiempo y el apoyo incondicional del público, se han convertido en puntos de encuentro y socialización para los cultores de las músicas de resistencia.
Dichos foros y ejecutantes son necesarios, y se han convertido en auténticas válvulas de escape para dar salida y visibilidad a la escena independiente, y/o subterránea de México. En ese contexto, desde hace unas décadas el free jazz se mantiene vivo y revitalizado por una camada de músicos como Germán Bringas, el baterista suizo; Gabriel Lauber; Darrel Zimmerman, músico de origen canadiense radicado en México; Marcos Miranda y Remi Álvarez, entre otros que conforman esta escena y la enriquecen con su trabajo musical en el día a día.
Fruto de esa camada de grupos y ensambles de free jazz, recientemente en la ciudad de Cuernavaca en el foro Sie7e Ocho, tuvimos la visita de Antimateria, agrupación formada en el 2006 por Gabriel Lauber, Remi Álvarez y Itzam Cano, tres músicos dedicados por completo a su pasión artística; y que han formado parte de diferentes agrupaciones que los mantienen vigentes y actualizados en la escena, curiosamente con Antimateria no existe hasta la fecha un registro sonoro que de cuenta de su trabajo en el formato de disco compacto o vinil, pero eso no parece importarles mientras circulen en la red algunas de sus presentaciones en vivo; a diferencia de otros proyectos alternos en donde participan sus miembros como Cosmic Brujo Mutafuca, Craneo de Jade, lauber Duo & Zero Point, entre otros.
En esta ocasión el trio ofreció un set dividido en dos partes con improvisaciones libres de cada uno de los instrumentos del ensamble compuesto por un saxofón, el contrabajo y la batería, ritmos entrecortados, sincopas, acentos y remates vertiginosos; liberación de energía acompañada por una descarga de emociones en una presentación intensa y emotiva que nos puso de manifiesto el estado actual del free jazz en México, con un ensamble poderoso, creativo, generador de ideas y patrones más allá de lo convencional, sin otorgar concesiones ni pretendiendo incrustarse en el gusto de las masas, concentrándose en el fenómeno del culto por al free jazz y su nicho de audiencia.