Para muchos esta premiación de los Óscares goza de más demagogia que otra cosa, hay los que están a favor, los que están en desacuerdo y los que despotrican contra Iñárritu y sus cuatro estatuillas.
Desde Amores Perros (2000), Alejandro G. Iñárritu ha demostrado romper las barreras de lo conceptual y lo metódico, contando historias que se entrelazan como lo hizo también con «21 Gramos» (2003) y «Babel» (2006), historias que se desarrollan en un mismo momento pero distintos lugares. Todas sus cintas han sido nominadas y premiadas en diferentes festivales internacionales lo que da a González Iñárritu la seguridad de seguir ideando una forma de hacer cine entre lo idílico y lo absoluto.
«Birdman» ganó los premios fuertes en los Óscares, le pese a quién le pese. Filmada por completo en un falso plano secuencia, con un reparto que sin duda le dio el mejor ingrediente y un guión planeado entre la locura y la realidad de su director. Se lleva Mejor Guión, Mejor Dirección y Mejor Película, el cuarto premio se lo da Emmanuel Lubezki con Mejor Fotografía; pocos son los que se llevan tantos premios en la bolsa como lo hicieron los mexicanos ayer por la noche.
Del ojo creativo de Lubezki a la dirección de Iñárritu
Después de la cinta «Gravedad», Lubezki vuelve a destacar en la composición fotográfica con «Birdman» y en ambas se ha llevado un Óscar. Este mexicano radicado desde hace más de una década en Hollywood se ha destacado con su trabajo en cintas como «El Árbol de la Vida», «¿Conoces Joe Black?», «Un Paseo por las Nubes», «Y Tu Mamá También», «Como Agua para Chocolate» y una treintena más de películas mexicanas y extranjeras.
Con este segundo reconocimiento, Emmanuel Lubezki se consagra como el mexicano con más candidaturas a la estatuilla en la historia de los premios Óscar. La relación que ha hecho este gran fotógrafo con los directores mexicanos ha dado el resultado de crear excelentes cintas y ganadoras de los premios más importantes de la historia.
