Siempre se agradece una noche de puro rock and roll,y la mejor combinación es cuando juntas a Chihuahua y Buenos Aires. Esto sucedió el pasado viernes 7 de julio, en la presentación de los norteños Apolo, radicados ya desde varios años en c.d.m.x. y Los Espíritus, dignos representantes del rock argentino.
Desde temprana hora y con una lluvia incesante la fila de asistentes ya recorría varios metros afuera del Pasaguero, a pesar de la mojada la gente permaneció al pie del cañón, quizás porque sabían lo que les esperaba.
El rock puro de Apolo, su performance intenso desde la primera pieza, su interpretación de excelente calidad y su completa armonía como banda entregada al público, dejó por demás satisfechos a todos los que estaban frente a ellos; muchos aprovecharon para desprenderse de la ropa mojada.
Luego de un retraso de una hora, Los Espíritus subieron al escenario, que dicho sea de paso les quedó chiquito, ya que por las dimensiones sólo permitía a los músicos moverse ligeramente unos centímetros antes de chocar con el compañero de a lado, y por otro lado la gente eufórica volvió aún más pequeño dicho espacio.
Todo comenzó bien. Los primeros temas fueron de su reciente material “Agua Ardiente”, que en voz de Maxi, su vocalista, es su trabajo mejor logrado. La gente entregándose desde el principio coreó todas y cada una de las letras, y así transcurrió su presentación hasta que tocó el turno a sus clásicos Lo Echaron del Bar, La Mina de Huesos, etc, etc.
Está presentación formó parte de la gira Agua Ardiente que comenzó en Argentina, caminó por Colombia y varias ciudades de nuestro país.
Aplauso para Apolo, aplauso para Los Espíritus y por supuesto, aplausos para Contrapedal, una plataforma multidisciplinaria que busca apoyar las expresiones destacadas de la música.
