El trabajo de Marcela Hersch es único porque así ha decidido ella labrarlo. Marcela podría haberse acomodado en cualquiera de sus facetas, ya fuera el virtuosismo, hacer música para la infancia o dar clases y sin embargo siempre ha decidido ir más allá. Fue así que se acercó a la música clásica india siendo ya una pianista y compositora consagrada.
El contexto es el siguiente: durante muchos siglos occidente desarrolló un tipo de música: formas, maneras, formatos y conocimientos específicos la constituyen. La institucionalizó como “La Música”, que conocemos como música occidental o de la cultura hegemónica, e ignoró las músicas creadas en el resto del mundo. Las músicas de otras regiones geográficas, como las lenguas, son ventanas de realidad; en la modernidad, otros sistemas sonoros reclaman un espacio más amplio que el de denominarlas «música del mundo o world music». Con pocas excepciones, la fusión encontrada en este cajón toma elementos musicales de cualquier parte y los coloca mezclados en un formato unificado para consumo comercial global, y carece de profundidad.
La música clásica de India es un sistema totalmente distinto al occidental, tan distinto que el concepto principal, el Raaga (composición basada en una serie de notas que se utiliza para improvisar sobre ella y que conlleva cada una una sensación acompañada de un sentimiento), es difícil de explicar y de enseñar. Partió de la naturaleza y la capacidad de la voz humana de expresar el momento presente. Esta música se ha enseñado durante milenios de manera oral y su interpretación recae en años de estudio y comprensión de marcos de improvisación transmitidos de maestro a alumno, en la memoria y la reinterpretación constante.
La información de cada Raaga o marco de improvisación sonora es tan extensa que Marcela dedicó su tesis de doctorado a la comprensión de una sola: el raaga Bhairava, dedicado al Dios Shiva. Es un estudio invaluable por su enfoque multidisciplinar, abarcando lo académico, lo histórico, lo visual, lo sonoro, lo místico y lo filosófico, y que incluye incluso una composición de ella en ese Raaga.
Marcela se acercó a la grandeza de la música indostaní con humildad, curiosidad y asombro inusual para alguien con una sólida trayectoria propia. La música respondió a su dedicación: raagas antiguas encontraron nuevas tonalidades en su piano y los ritmos de la tabla (percusión india) dan un dinamismo especial a instrumentos de cámara. Son experimentos que tienen a la vez fundamento y ganas de jugar, profundidad y alas. Más allá de composiciones específicas de fusión, la música india ha ampliado la capacidad de Marcela de improvisar paisajes sonoros con una fluidez impactante.
En ese sentido, ambos legados se unen en su música para lograr expresar la elusiva expresión sonora del momento presente.
Texto por Abril Gómez. Bailarina y Coreógrafa.