El color del mestizo. El de la clase media empoderada al ritmo de chingazos, abusos y ausencias.
Mexicanos de bronce es la historia de Rocky, Hones y Bullet . Tres presos que se conocen en el reclusorio y deciden hacer música Rap. Rimas para su gente, para su barrio; para mostrar su pasado y reflexionar sobre el presente y su futuro.
Documental ganador del premio nacional de periodismo en derechos humanos, dirigido por Julio Fernández Talamantes; es una interesante introspección a la lírica de los reales, de los no pre-fabricados. De los delincuentes arrojados a la vida fácil por culpa de la difícil; de los reincidentes de la equivocación, tinteados de identidad, orgullo y resentimiento.
100 minutos de inmersión en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente, un ambiente y con una comunidad que tiene códigos de comportamiento y conductas de grupo representativas. Los cholos surgieron como un movimiento de resistencia social, política y cultural ante el racismo. Y como muchos otros, sus sectores también se han corrompido con el fin de prevalecer por encima del otro.
Criminales o delincuentes, igualmente sus ojos se inyectan de lágrimas y arrepentimiento cuando hablan con la verdad y de frente. Luego, se rellenan de ilusión y se maravillan con la primera oportunidad de ser libres; la Rima. En el rap es en donde comparten su irreverencia verbal y vivencial, invitando a madurar y repensar.
Un trabajo sólido y muy pertinente en sus tiempos, un proyecto que duró 5 años en desarrollarse y que culmina cabalmente.
La honradez es su elemento principal. Está metido en su tratamiento visual y en las palabras de cada uno de los personajes que vemos a cámara. La honestidad es visible en los morros tirando el “placazo”, esa credibilidad que sólo te da la autenticidad.
Está en la familia, en los hijos y en los amigos la firme herencia del barrio, del superviviente. El carnalismo llevado hasta la muerte, social y psicológicamente relegados a la suerte del más fuerte. Un hijo ex militar, un hermano sureño y un esposo delincuente nos comparten su música y la necesidad del encierro, de ese lugar al que pertenecen y donde se sienten contentos. Donde uno es más libre porque no es juzgado por la moral y sólo a veces por la ley.
Irremediablemente, Mexicanos de bronce nos hace diferenciar entre la readaptación y la reinserción social.
Es una película que nos presenta la posibilidad de reeducar a través del arte y la experiencia, del recuerdo y el acuerdo. Es visceral y necesario, ahora que la falsa moral sujeta el raciocinio y abandona la empatía. No es un documento que justifica el crimen, ni tampoco un medio juzgador; es un retrato duro pero amable de la existencia de un sector con ánimos de superación después de la necesidad de delinquir. Es oro puro.
Ahora, en cartelera del Cine Morelos.
Por Carlos Rodríguez.
MEXICANOS DE BRONCE / Dir. Julio Fernández Talamantes / México 2016 /100 min. / Documental / Cine CANIBAL, Perro Rojo.
