Moderat es un concepto, un producto audiovisual que no sigue fòrmulas ordinarias… Es tecno alemán psicológico.
La música tiene personalidad, tiene carácter y por su puesto, una intensión. Algunas músicas, más que otras, poseen la fuerza y el atrevimiento de provocarnos una cascada de sensaciones. Marcan una diferencia al momento de ser procesadas por nuestro cerebro, y resignificadas por nuestra estructura psicológica. Moderat te absorbe y se introduce en el torrente sanguíneo, se incorpora a nuestra química y en nuestras emociones.
El viernes 9 de diciembre, Moderat se presentó en la Sala de Armas en la Ciudad de México, luego de que los organizadores declararan “Sold-out”, supimos que esa noche sería memorable. Con una perfecta sincronía audiovisual y una matemática aplicada en la generación de estructuras sonoras atmosféricas y rítmicas al mismo tiempo, su presentación dio inicio sin dejar un ápice de tregua con nuestros oídos y nuestros cuerpos.
Uno a uno interpretaron sus temas más reconocidos, hubo momentos en los que las voces del público sobrepasaban al sonido de la música, nuestros cuerpos sonaban con gran fuerza en la Sala de Armas; los gritos eufóricos retumbaron desde el primer acorde hasta el último haz de luz, sin embargo el ambiente se sentía como si todos estuviéramos a la deriva, sobre capas y capas de densos estados líquidos.
Nos quedamos sin palabras al momento de escuchar las primeras notas de “A New Error”. Con “Animal Trails” evocamos quizás muchos de nuestros recuerdos más primitivos, los más añejos; esos que están guardados bajo llave. Pero luego llegó un periodo de hipnosis con “Rusty Nails”, y la mejor sensación fue cerrar los ojos y pandear el cuerpo de lado a lado ligeramente, dibujado una breve circunferencia en nuestro propio eje. Sin embargo desde mi humilde expresión, todo fue una preparación casi espiritual, es decir, todo estaba planeado para los ocho minutos finales de su set. Todo lo anterior resultó ser una forma de dirigirnos por un camino, en el que íbamos preparándonos para estallar en mil pedazos (bueno, al menos mi mente haría eso) con los 8 minutos cuarenta segundos que duró “No. 22”.
Varios años de distancia separaban la última presentación de Moderat en México, y creo que varios años pasarán para una experiencia si quiera parecida.
Fotos Feli Gutiérrez