No siempre se cuenta con la oportunidad de presenciar eventos históricos.
Esta vez nos tocó a muchos, debido a las bondades de las nuevas tecnologías, fuimos testigos de una noticia que estremeció a todo el mundo. Murió Sudán, el último rinoceronte blanco del norte macho, el último bastión que existía para conservar una subespecie en nuestro planeta.
Pero ¿Cómo nos dimos cuenta? ¿Quién hizo posible que conociéramos esa historia? ¿Quién tuvo la desafortunada y desgarradora oportunidad de contarle al mundo lo que había sucedido?
La fotógrafa Ami Vitale, embajadora Nikon y colaboradora de National Geographic, reportó en su cuenta de twitter 3 imágenes, en donde muestra los últimos momentos de vida de Sudán, quien desde 2009 vivía en la reserva keniana de OI Pejeta.
Las fotografías son profundas, hirientes, llenas de un sentimiento de impotencia y vacío, pues nos muestran nada más y nada menos cómo la vida se extingue, sin embargo, también nos muestran el amor y compasión que científicos y cuidadores, le brindaron en sus últimos instantes.
En un comunicado, las autoridades de la reserva expresaron que en conjunto con el equipo de veterinarios del zoológico Dvur Králové y el servicio de conservación de la Fauna Keniana, decidieron someterle a eutanasia, debido a que en las últimas 24 horas habría empeorado significativamente su estado de salud.
«Regresé a decir adiós al ‘último hombre’ en pie» – Ami Vitale
A raíz de de la muerte de Sudán, Ami publicó un artículo en la revista Time titulado: “Regresé a decir adiós al ‘último hombre’ en pie” también apodado “el soltero más codiciado del mundo”; en dicho artículo, la reconocida fotógrafa narra desde su perspectiva, la relevancia mundial de un hecho tan singular como la muerte de un animal en África, el último macho de su subespecie.
Describe cómo luego de muchos esfuerzos, hace algunos años, un imponente rinoceronte regresaba a las salvajes llanuras, “en realidad fue un esfuerzo desesperado, y desesperado por salvar una especie. En ese momento solo quedaban ocho de estos rinocerontes”, expresó la fotógrafa.
En su artículo, Ami habla de la caza furtiva, menciona que no se está desacelerando a pesar de los esfuerzos conservacionistas; propone que la mejor forma de proteger a los animales que están en peligro, es con el trabajo de los habitantes locales, éste quizás sea uno de los principales motores que ayuden a luchar contra la extinción de las especies. En su escrito, la celebre fotógrafa y cineasta concluye diciendo que, “En un mundo de más de 7 mil millones de personas, debemos vernos a nosotros mismos como parte del paisaje. Nuestro destino está relacionado con el destino de los animales”.
Las imágenes son poderosas, capturan un fragmento de la historia, nos muestran lo que somos y qué hacemos. En este caso, el trabajo de Ami Vitale nos muestra la fragilidad de la vida, nos alerta y nos toca el corazón. Nos impide la quietud y muy en el fondo nos expresa en forma de susurro, que los humanos fuimos y seremos los responsables de muchos males en nuestros ecosistemas.
Sudán se convertirá sin duda en una inspiración para muchos, he ahí el poder positivo y transformador de las imágenes.
Aquí les compartimos la imagen que acompaña el relato estremecedor de lo sucedido.