Uno de los principales problemas al que nos enfrentamos al momento de leer poesía de Paz, tiene que ver con el enfoque que se tiene sobre el amor.
Si hemos de hablar del Eros primero se tiene que hacer una diferencia entre el místico y poeta para entender desde qué óptica lo ve Paz en «Piedra de Sol«.
Siempre ha habido una distinción en lo referente al alma y al cuerpo, la poesía es del orden del alma, todo poema hace aparecer algo que aparentemente no estaba, es importante observar que todo poema trae un desecamiento de múltiples significaciones. En este sentido para la creación poética es necesario tener la parte intuitiva, también es importante el trabajo y maduración de las ideas.
El filósofo Jacques Maritain nos habla de «la intuición creadora» dándonos una serie de esquemas útiles para el conocimiento poético, es decir, cómo es que el poeta percibe una realidad, la transforma mediante diversos medios y crea una percepción distinta de cómo observar las cosas. La diferencia radical entre la mirada del místico y el poeta, se encuentra en el punto de partida quede tiene para la observación. El primero parte de una experiencia directa con dios hacia los objetos y la realidad. El segundo parte de los objetos y de la realidad para una experiencia trascendente de un orden que desconoce, pero a la vez intuye.
Es importante que tanto el poeta como el místico ven en el Eros una manera de decir las cosas, estos tipos de amor en los cuales se van manejando tanto uno como otro son el hilo conductor al que no debemos perderle la pista.
En «Piedra de Sol», poema de Paz, hay dos vías por las cuales podemos llegar a un análisis: la primera el amor como tal, la segunda estaría en la índole de la identidad. Es decir, cómo es que Paz ofrece elementos que permiten que se comience a configurar el mexicano ante él mismo y su otredad.
El propio título del poema permite dilucidar varias cosas del orden de nuestro origen, digamos que «Piedra de Sol» hace una referencia inmediata al calendario azteca perteneciente a la cultura mexica. Al igual que el calendario, el poema gira trazando círculos, el principio es el fin y viceversa.
La temporalidad gira en torno del Kairos (tiempo sagrado y eterno), y el Kronos (tiempo ordinario) esto permite la creación de mundos paralelos y concluyentes donde el Eros puede expresarse, el instante en el que se reúnen evocando realidades inexploradas está presente a lo largo de todo el poema:
[…] El mundo ya es visible por tu cuerpo
Es transparente por tu transparencia…
Tu vientre es una plaza soleada…
[…] vestida del color de mis deseos
Como mi pensamiento vas desnuda
Voy por tus ojos como por el agua […] 1
El amor (Eros) se manifiesta de manera carnal, donde el mundo se transforma en el cuerpo del ser amado, se ve de manifiesto ese deseo por transgredir esa barrera finísima entre lo que es la desnudez y el acto de consumación del amor. A este respecto George Bataille en su libro “El Erotismo” nos dice lo siguiente:
A menudo, en sí misma, la transgresión de lo prohibido
no está menos sujeta a las reglas que la prohibición- No se trata
de la libertad en tal momento, y hasta ese punto, esto es posible:
este es el sentido de la transgresión […] “la prohibición está ahí ser violada”. 2
Dado que el amor por sí mismo implicad una carencia constante, el poeta busca completarse con esa otredad complementaria que en momento que por momentos necesita de una transgresión. Esto se va combinando con un elemento característico de la movilidad, tal como es el agua “Voy por tus ojos como por el agua”, este movimiento cíclico de el poema se traslada al Eros, y un elemento como es el agua da vida y movilidad.
La voz poética ama por que no posee; el tiempo, el amor y la muerte se mezclan y se hacen uno sólo, como dijimos este punto de partida remite a un inicio y un fin dentro de un ciclo. La muerte se representa por un fruto que parte de todo un proceso, que a la vez representa un instante.
Amar es combatir, si dos se besan
El mundo cambia, encarnan los deseos,
El pensamiento encarna, brotan alas
En las espaldas del esclavo,
El mundo es real y tangible […] 3
El amor de alguna manera permite que se desdibujen los límites del tiempo, es decir, cuando estamos con el ser amado el tiempo parece ir con mayor rapidez, se nos escurre como agua ese líquido vital que está tan presente en el poema como fuente de vida y movimiento.
El que el amor sea combativo, tiene un razón de ser ya que el amor se adentra en la realidad, por ende, se da una constante lucha entre ese tiempo que se crea al compartir con el otro y esa realidad cotidiana a la que nos enfrentamos todos los días. Cuando el mundo cambia, el deseo aflora y permite que mediante los pensamientos la creación de un mundo real y tangible.
Y en cierto sentido el amor libera pero a la vez aprisiona, porque permite romper ciertos paradigmas de una realidad que parece indestructible, pero que con un simple beso somos presos de la fragilidad y desnudes. Y aprisiona justamente por que el amor se encuentra dentro de ese deseo que nunca termina por llenarse, y que una vez satisfecho se queda con el terrible sabor de la melancolía del que seremos escalvos toda la vida si no encontramos a nuestra alma gemela nuevamente.
Otro de los puntos por los cuales se puede acceder a la lectura de este poema es eld e al identidad, Paz tenía claro que a partir de lo universal se podía construir una identidad propia del mexicano con sus particularidades.
En “Piedra de Sol” se rescata el mito, el origen de lo que somos como nación, de cómo interactuamos con los otros espacios y con el Kronos por ejemplo: “cuando hace referencia a Madrid 1937” (la guerra civil española), una fecha aparentemente alejada a nuestro tiempo y a nuestro espacio, que sin duda nos marca como seres universales que somos, que ante la guerra y el dolor la única respuesta posible es el amor.
Tu falda de maíz, ondula y canta,
Tu falda de cristal, tu falda de agua,
Tus labios, tus cabellos, tus miradas,
Toda la noche llueven todo el día
Abres mi pecho con tus dedos de agua,
Sobre mis huesos, llueven, en mi pecho
Hundes raíces de agua un árbol líquido […]4
En la cita anterior podemos ver que al igual que López Velarde, Octavio Paz feminiza la patria, es el vagar de un hombre dentro de toda la espesura de un territorio desconocido, que va tomando forma de mujer. Así como la naturaleza el amor resulta ser algo desconocido. El maíz durante muchos años ha sido signo de identidad para nosotros los mexicanos. Sin embargo, en este caso “tu falda de maíz también sirve como metáfora para transfigurar a la mujer amada en esa naturaleza fértil que crea, que reproduce, pero que también mata.
En este sentido el agua y el árbol líquido reafirman su importancia, ya que sin agua no hay vida, y sin vida es imposible continuar este ciclo de la existencia donde habita le amor.
Como lo dije al principio, la visión de poeta difiere del enfoque místico, pero el Eros unifica ambas visiones así que también es importante ahondar en el tema de cómo se retrata el propio escritor dentro de su obra.
Busco sin encontrar, escribo a solas,
No hay nadie, cae el día, cae el año,
Caigo en el instante, caigo en el fondo,
Invisible camino sobre espejos
Que repiten mi imagen destrozada
Piso días, instantes caminados
Piso los pensamientos de mi sombra […]5
Es indudable que en Paz hay una preocupación inminente acerca de cómo se deben ir plasmando todas esas intuiciones, y cómo es que al aproximarse a ese espacio donde se alberga el Eros, también se siente cierta inmovilidad y vacío que destroza y aniquila, dentro de esa realidad lo verdaderamente importante es hacer del amor un acto de fecundidad, que muere pero que a la vez reencarna en nuevos amantes, inmersos en el tiempo divino, una y otra vez.
Dentro del arquetipo femenino se da el reconocimiento del Eros, dentro del mito femenino es donde nos reconocemos (nombres como Eloísa, Persefona o María) convocan a dios como pura feminidad.
1 Paz, Octavio, Lo mejor de Octavio Paz I, Planeta, España: 1999 Pág. 86
2 Bataille, George, El Erotismo, TUS QUESTS Editores, tradd. ANtoni Vicent, México: 2005, Pág.69
3 Paz, ob.cit Pág. 94
4 Paz, ob.cit Pág. 86-87
5 Paz, ob.cit Pág. 87