Han pasado ya 26 años desde aquella tarde-noche de noviembre cuando Wim Mertens y Jorge Reyes alternaron en el Espacio Escultorico de la UNAM, un sitio preciso donde se reúnen el Cosmos y la cultura prehispánica. En la memoria de quienes estuvieron allí permanece ese dialogo musical con la naturaleza. Esa fue la primera ocasión en que Wim Mertens se presentó en México y él lo recuerda muy bien.
Ese concierto fue uno de los eventos estelares del Festival de Músicas Visuales, organizado por un ya legendario sello discográfico, Grabaciones Lejos del Paraíso, que tanta memoria sonora nos legó. Su artífice, Edmundo Navas, fue responsable de editar los álbumes Motives for Writing, The Belly of an Architec y Shot and Echo (CDGLPO53), que sirvieron de plataforma para que Wim Mertens fuera conocido en México y América Latina, grabaciones que dejaron constancia plena de su papel como artífice de la música expresiva, los sonidos que evocan imágenes y el minimalismo.
Ahora en pleno siglo XXI, Wim Mertens se mantiene activo y vigente, multiplicando su amplia lista de producciones discográficas y ofreciendo conciertos por todo el mundo. En este 2018, los días 24, 26 y 27 se presentó en la Sala Nezahualcoyótl de la ciudad de México, sede de tres presentaciones, la primera en la modalidad de dúo y las dos restantes con la Orquesta Filarmónica de la UNAM (Ofunam).
En esta nueva visita a México, el músico de origen belga y también cultor de la ciencia política, se presentó por primera vez en el recién inaugurado Centro Cultural Teopanzolco de Cuernavaca, la noche del viernes 25 de mayo, ofreciendo un recital para piano y voz acompañado de Dirk Descheemaeker en el clarinete y saxofón soprano. Esencialmente, en esta presentación, el dueto ejecutó parte de la vasta obra que integran Gran aux oeufs, donde los conceptos de música, poesía
y verdad se enlazan para crear una atmósfera intensa y resonante. La respuesta del público fue notable, haciendo evidente la comunión entre la sencillez de una concepción musical que no requiere de grandes artificios para contagiar su mensaje, pleno de alegría.
Texto: Paco López
Fotografías: Erik Esparza
